El departamento de Chocó no solo ha sido cuna de grandes exponentes de su riqueza cultural y deportiva como la famosa agrupación Choquibtown o la deportista Mabel Mosquera y qué decir de la exreina Vanessa Mendoza. Sino que también, es el lugar que vio crecer y formó a la mujer y lideresa afrodescendiente Mayra Maturana, quien es nacida en el municipio de Quibdó, cuenta con 27 años de edad es emprendedora, amante al servicio comunitario y a todo lo que está relacionado con la comunicación como un motor de transformación y de empoderamiento de la niñez, adolescencia y juventud.
Mayra es licenciada en lenguas de la Universidad Tecnológica de Quibdó, con tecnología en proyectos y becada de la maestría en Gerencia y Prácticas de Desarrollo con la Corporación Manos Visibles y la Universidad de los Andes. Ha liderado diferentes iniciativas y es asesora de la mesa de juventudes y defensa territorial del Comité Cívico por la Salvación y Dignidad del Chocó. Ella ve en la academia una oportunidad para incidir en las organizaciones, por ello, siempre busca fortalecer sus capacidades. “Me gusta mucho estudiar y el hecho de crecer académicamente porque creo que la academia es una oportunidad para incidir en las organizaciones, pero también, para mejorar la calidad de vida en el territorio”, afirma Mayra.
Aun así, el proceso de liderazgo de la chocoana inició hace más de 10 años al vincularse a diferentes bandas, grupos y presentaciones escolares, pero, la universidad fue clave en su camino de empoderamiento, abriéndole muchas puertas y permitiéndole estar en espacios no solo de liderazgo colectivo, sino también de formación, incidencia y fortalecimiento de lo que es ser líder, y aún más, le abrió su visión de querer ser parte de los cambios e iniciativas. Y bajo este deseo, en el 2019 nació JMD la Voz, donde junto a dos amigos crearon la organización sin ánimo de lucro que promueve el empoderamiento a niños, niñas, adolescentes, jóvenes a través de la comunicación como enfoque étnico cultural.
“Estamos proyectados como un medio de comunicación de jóvenes independientes con enfoque de infancia y juventudes, pero además, somos una incubadora para las vocerías donde a través de la comunicación le enseñamos a los niños, adolescentes y jóvenes la importancia de la voz para la ocupación de nuestros espacios comunitarios”, sostiene Mayra.
Trabajar en algo que se convierta en su proyecto de vida y que también contribuya a la creación de empleo para las personas del territorio y que les permita generar soluciones definitivas representadas hacia la juventud fue el gran objetivo de Mayra. Por eso confiesa que: “A mí me gusta mucho trabajar en equipo, sé que juntos podemos llegar más lejos y creo en el poder de la colectividad. Porque creo que las cosas se dan cuando uno está articulado y reconoce el poder que hay de las personas que están al lado de uno, ese aporte es el que permite construir”.
Y este objetivo se ve reflejado desde proyectos como la escuela de comunicación Voz a Voz donde formaron a 25 niños y adolescentes en temas de comunicación. “Es nuestra primera hija en formación, y es una hija donde se inscribieron más de 160 jóvenes y donde nos tocó seleccionar tristemente solo a 25. Pero a la comunidad le encantó porque los niños cuentan con pocos espacios desde la comunicación y de todos los medios de comunicación que hay en el Quibdó los únicos que le estamos apostando a la formación somos nosotros”, asegura Mayra.
Pero en este camino no ha estado sola, ha contado con el apoyo de varios aliados, entre esos agradece hacer parte del Programa Jóvenes Resilientes de USAID y ACDI/VOCA que le ha permitido consolidar sus habilidades para el ejercicio de formación en el colectivo. “USAID nos ha fortalecido en temas de capacitación y gracias a ellos hemos participado en espacios nacionales, recibiendo además todo ese apoyo”, asegura Mayra.
La motivación y motor de la quibdoseña es seguir trabajando por su región: “Me motiva las ganas de ver a Quibdó y al Chocó como un territorio diferente donde se viven oportunidades para los niños, adolescentes, jóvenes y comunidad entera. Realmente me motiva gestar cambios”, comenta Mayra.
Y en ese proceso su sueño es que la Organización JMD no solo sea una emisora comunitaria, sino que se convierta en el primer Centro de Innovación Social en Comunicación con enfoque étnico cultural en el Chocó, con infraestructura y tecnología de punta, donde se generen estrategias que revolucionen el departamento. “Estamos trabajando para eso y queremos que la comunidad, jóvenes y niños tengan espacios de calidad de formación donde puedan hacer comunicación y puedan co-crear en comunicación inteligente, ese es nuestro objetivo”, afirma Mayra.
Finalmente, la lideresa en un futuro se ve rompiendo barreras para su territorio, incidiendo en las decisiones de país desde el sector donde esté, pero además: “Me veo también como una mujer que inspire a otros chicos y chicas y ayude a transformar vida, más que formar, es cómo nosotros transformamos y hacemos que otras personas pertenezcan a espacios y se puedan reconocer”, concluye Mayra.
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