Con la voz entrecortada y la piel erizada Alex Trujillo afirma cómo el Baudó marcó su vida. Y es que gracias a una invitación que recibió para conocer a las víctimas del conflicto armado, pudo entender el duro momento que vivieron al escuchar el testimonio de miles de familias que han perdido todo por la violencia generada en el territorio chocoano.

Reconoce que estas situaciones lo mueven y la posibilidad de ser la voz para esas personas aún más. “Nosotros hemos tenido la oportunidad de entrevistar a víctimas del conflicto armado que han perdido familiares, sus tierras y que les tocó salir con lo que tenían puesto de sus territorios” afirma Alex haciendo una pausa para digerir la información y manifestando que no estaba preparado para Escuche las palabras de los afectados.

Por eso ahora siente que no está solo en este proceso, el apoyo del Programa Jóvenes Resilientes de USAID y ACDI/VOCA ha sido importante por el hecho de generar el #EfectoColectivo. Al ver las transformaciones en el Nariño, Buenaventura y Quibdó entiende la dinámica de cambio y encuentra un nivel de empatía que ha sido parte de un propósito determinante y motivacional para continuar con lo que él llama una labor social.

El recorrido del profesional en informática en el territorio chocoano inició hace 21 años gracias al programa ‘Computadores para Educar’ del Gobierno Nacional en alianza con MINTIC, programa que tiene como objetivo generar equidad a través de las TIC, fomentando la calidad de la educación bajo un modelo sostenible para los jóvenes de la región del Chocó. Con lo que no contaba Alex es que su incidencia en esta región donde solo duraría 3 meses se convertiría en su proyecto de vida. “El Chocó ha sido una bendición para mí, mi sentido de pertenencia a la región es fuerte”, afirma con una voz de alegría.

Pero con las uñas como lo describe Alex y con recursos propios y un aprendizaje autodidacta, el informático pasa a hacer comunicación de manera empírica y saca adelante este proyecto que inició hace 7 años en el mundo digital, con el propósito de comunicar y balancear la carga de información que se genera desde el Chocó y el Pacífico hacia el interior del país porque “veíamos con mucha frecuencia que siempre se mostraba lo maluco y lo feo a pesar de todo el potencial que tenía la región”, asegura el tolimense.

Lo que inició como un colectivo se convirtió en una escuela de formación y plataforma donde involucran a jóvenes para adquirir conocimiento y habilidades de informática que una vez se sostienen abren su propio camino. “Haber hecho escuela es un logro importante, ya que han pasado entre 15 y 20 jóvenes quienes han adquirido conocimiento y en este momento lo están aplicando. Ahora contamos con ingenieros en sistemas y tecnólogos que están trabajando e hicieron parte de Somos Pacífico”, manifiesta Alex con orgullo.

El mayor logro intangible para Alex ha sido la confianza que le ha brindado la Iglesia Católica y los Consejos Comunitarios para poder iniciar procesos de transformación digital y llegar a territorios como el Baudó, región relegada geográficamente y con poco acceso a la conectividad, pero con una buena acogida del medio. Su motivación única e invaluable es sentir que está haciendo la diferencia desde el apoyo, generación de contenido y acompañamiento a estas comunidades, además desde la articulación en regiones como Buenaventura y Tumaco.

Finalmente, como la famosa canción del grupo musical Choquibtown, el Colectivo Somos Pacífico busca seguir siendo ese espacio o medio que visibilice con noticias positivas a los pueblos indígenas y comunidades afro de las regiones del Litoral del San Juan, Istmina y el Alto, Medio y Bajo Baudó, entre otras. Y, además, continuar siendo esa plataforma de aprendizaje para los jóvenes de las subregiones y seguir con el propósito de generar confianza y entregarse a una labor social en territorio chocoano.

¡Tú también puedes ser un o una joven que trabaja por sus objetivos y por su comunidad!

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