“…ese era nuestro primer proyecto importante. Estábamos por firmar el contrato cuando nos preguntaron: ‘¿Pero ustedes solo cuentan con esa cámara?, esa ni siquiera es profesional’. Dijimos que no, que esa solo la utilizábamos para proyectos pequeños, y que los demás equipos estaban en la oficina. Mentimos, esa era nuestra única herramienta de grabación. Pedimos un adelanto del 50 %, lo pagaron, nos contrataron, fuimos a comprar micrófonos, trípodes y otra cámara, y cumplimos con el proyecto. Desde entonces, Río Abajo no ha parado de trabajar”, afirmó con sonrisa y mirada de recuerdo Diego Álvarez, director de la Corporación Río Abajo – cultura y comunicaciones, ubicada en Caucasia, Antioquia.
El sueño de contar historias positivas del Bajo Cauca antioqueño unió a un grupo de cinco jóvenes estudiantes de comunicación social de la Universidad de Antioquia. Entre ellos estaba Diego Álvarez, y en el 2013 se reunían para fotografiar el territorio, para grabar a su comunidad, y para pasar el tiempo mientras capturaban universos en sus cámaras. Hoy ese sueño se convirtió en la Corporación Río Abajo – cultura y comunicaciones, una organización que presta servicios de comunicación, que desarrolla programas de cooperación social en la región, y que también fundó el ‘Festival de cine del Bajo Cauca’ que, en octubre de 2021, hará su séptima edición.
Río Abajo cuenta con un equipo de nueve integrantes en los que hay comunicadores, sociólogos, pedagogos, y administradores. Han participado en proyectos con la Universidad de Antioquia, con algunas alcaldías municipales, con agencias gubernamentales y con diferentes departamentos de la ONU, entre otras organizaciones. Hoy también hacen parte de ‘Jóvenes resilientes #EfectoColectivo’, un programa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, y de la ONG ACDI/VOCA, que busca crear oportunidades de cohesión social, formación y productividad para la población juvenil de 28 regiones de Colombia.
La sede de la corporación está en Caucasia y allí han desarrollado la mayor parte de su trabajo, aunque ya hayan estado en otros departamentos como en Córdoba y en la mayoría del Bajo Cauca. En esta región hay dinámicas de desplazamiento, reclutamiento forzado, narcotráfico, minería ilegal y presencia de milicias al margen de la ley. Aun así, el sueño de un grupo de jóvenes por contar las historias positivas del territorio se mantuvo y por eso hoy Río Abajo sigue siendo un referente en la comunidad. Ahora hacen parte de ‘Jóvenes resilientes’, y esperan crear contenidos audiovisuales, gestar proyectos sociales, y fortalecer el festival de cine en pro de la población juvenil de su territorio.
Comunicar como el río
“Empezamos a crear productos audiovisuales sin ningún fin y hubo curiosidad por nuestro trabajo. Al principio nos contrataron para tomar fotos, para hacer comerciales y nosotros nos la creímos. Los que éramos en ese entonces decidimos renunciar a nuestros trabajos por Río Abajo”, comenta Diego Álvarez. Sin embargo, después de esa decisión en 2014, pasaron más de siete meses sin que la organización fuera contratada. La escasez y la presión familiar recayeron sobre los jóvenes y el querer desistir rondó por sus mentes.
En el 2015 la Agencia Colombiana para la Reintegración, ahora Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN, contactó a los jóvenes para la creación del documental ‘Volver’. “…ese era nuestro primer proyecto importante. Estábamos por firmar el contrato cuando nos preguntaron: ‘¿Pero ustedes solo cuentan con esa cámara?, esa ni siquiera es profesional’. Dijimos que no, que esa solo la utilizábamos para proyectos pequeños, y que los demás equipos estaban en la oficina. Mentimos, esa era nuestra única herramienta de grabación. Pedimos un adelanto del 50 %, lo pagaron, nos contrataron, fuimos a comprar micrófonos, trípodes y otra cámara, y cumplimos con el proyecto. Desde entonces, Río Abajo no ha parado de trabajar”. Ahora la corporación es referente de comunicaciones en la región, y quien escribe estas líneas puede constatar que tienen todo un equipo audiovisual para trabajar.
Comunicaciones desde el río porque tienen el objetivo de fluir, intuir, oír y transmitir las historias diversas y resilientes del Bajo Cauca. En la web de Río Abajo se lee: “somos la fuerza del río que nace desde el sentir humano; nuestro caudal irreverente, creativo e innovador tejen cada uno de nuestros proyectos”.
Cooperar desde abajo
En el 2015 Río Abajo incluyó en su portafolio de trabajo el desarrollo de proyectos de cooperación social. Iniciaron con ‘Este cuento se acabó, cuatro acciones para construir paz’, con la organización Red de Territorios por la Paz y luego participaron en el programa “Líderes para la paz”, con la Oficina del Alto Comisionado por la Paz, con el gobierno de Canadá, entre otras organizaciones.
En 2017 también hicieron parte de los programas “Atentamente Colombia”, e “Indígenas somos”, en donde la corporación dictaba cátedras de Derechos Humanos, uso de equipos audiovisuales, y comunicaciones comunitarias para la paz. Actualmente trabajan en el programa “Tejiendo comunidades”, en los talleres de cine “Voces del río”, y en el programa ‘Jóvenes resilientes’ de USAID y ACDI/VOCA.
El proyecto ‘Este cuento se acabó, cuatro acciones para construir paz’ fue exaltado al punto de que los integrantes de Río Abajo fueron invitados a Bogotá para replicar el programa. “Expusimos en el parque de la 93 y nos hospedaron en el hotel Tequendama. Un familiar me había dicho que en ese hotel se aloja la gente más importante. Yo me sorprendí de que, entonces, en esos instantes fuimos los más destacados de la capital, mostrando lo que hacemos en la región con las comunidades de zonas olvidadas y violentadas como las del Bajo Cauca. Amamos la región y nuestro trabajo social llega hasta lo más bajo, allí nos proponemos colaborar”, afirma Diego Álvarez.
Festival de cine en la canoa dorada
Otro formato para transmitir las historias de la comunidad es el cine y Río Abajo se propuso incentivarlo en la región. En 2015 organizaron la primera edición del ‘Festival de cine del Bajo Cauca” con ayuda de la Universidad de Antioquia y estuvieron más de 500 participantes. Desde entonces y hasta 2020, en su última edición, han contado con la participación de importantes cineastas como el director Alejandro Gaviria; el crítico Osbaldo Osorio; la productora Alejandra Quintero; y actores como Vicky Hernández y Manolo Cruz, además de los protagonistas de películas como ‘La mujer del animal’ (2016), ‘Matar a Jesús’ (2017), y ‘Días de la ballena’ (2019).
En las últimas ediciones asistieron más de dos mil personas, y se debía cerrar el teatro municipal de Caucasia por su aforo de 300 puestos; la multitud no cabía. La edición de 2020 fue virtual por la pandemia, y aun así se conectaron 10 mil personas de Colombia y de países como México y Estados Unidos. Recibieron 33 muestras audiovisuales y dictaron talleres a más de 90 personas. “Sabemos que el festival no solo es un evento, sino que ahora es un proceso que crece, y que es un hito de identidad bajocaucana; la gente cree en el cine que se produce desde nuestra región”, comenta Diego Álvarez. En octubre de 2021 se buscará hacer el festival de manera presencial y digital.
Las comunicaciones, los proyectos de cooperación social y el cine son las herramientas de Río abajo para transformar la narrativa del Bajo Cauca, para resaltar las historias de la comunidad y para afianzar una identidad de paz y reconciliación. Actualmente están enfocados en el proyecto ‘Tejiendo comunidades’, en la séptima edición del festival de cine, y en el programa ‘Jóvenes resilientes’, en el que han participado desde su inauguración en Antioquia, que fue en el marco del #FestivalDeLasIdeas desarrollado el 09 de marzo de 2021 en Apartadó.
Río abajo se oyen las historias de los ciudadanos, de los pescadores, de los barequeros, de los campesinos y de los indígenas. En el río abajo se junta la diversidad y la resiliencia de los bajocacuanos. Río abajo para comunicar y cooperar.
Por: Camilo Espitia Bernal
Periodista, programa ‘Jóvenes resilientes # EfectoColectivo’ de USAID y ACDI/VOCA.